domingo, 24 de noviembre de 2013

Sydney a vista de pájaro

Gracias a la generosidad de mis amigos, hace un mes pude darme el gustazo de hacer algo que estaba en mi lista de deseos desde el día en que llegué a esta ciudad: sobrevolar Sydney en helicóptero. No es extraño ver pequeños helicópteros zumbando por encima del puerto, y estaba seguro de que la vista desde allí arriba tendría que ser espectacular. Ahora que lo he probado, puedo decir que no defrauda, y es la experiencia más espectacular que he tenido desde que llegué. La belleza del puerto de Sydney es asombrosa, y la ciudad muestra su mejor cara. Durante el vuelo de 30 minutos hice centenas de fotos y video, pero sobre todo disfruté del maravilloso paisaje y la fantástica sensación de  volar junto al piloto. Como todo en este país, es un capricho caro, ¡pero altamente recomendable!








domingo, 17 de noviembre de 2013

Berowra - Cowan

A pesar del tiempo borrascoso que tenemos estos días, y que nos está dejando continuos aguaceros, ayer me atreví a salir otra vez de excursión. Esta vez hice la senda entre Berowra y Cowan, un tramo de 13 kilómetros que forma parte de la senda de "gran recorrido" llamada Great North Walk. Se llega en una hora de tren desde Sydney y se puede hacer en una única dirección porque también hay apeadero en Cowan.

El camino transcurre todo el tiempo entre un frondoso bosque por el que asoman sorprendentes formaciones de piedra arenisca. Se suben y se bajan varios valles, incluyendo un descenso hasta Berowra Waters, un poblado de cabañas a orillas del Berowra Creek. Una peculiaridad de este lugar es que las dos orillas están comunicadas por un ferry, o mejor dicho, una barcaza que cruza tirando de unos cables. Funciona 24 horas al día, 7 días a la semana, y sorprendentemente para Sydney, es un servicio gratuito tanto para vehículos como para peatones.

La lluvia solo descargó durante 60 segundos durante las horas que duró el paseo, pero lo hizo de forma tan torrencial que hubiera quedado totalmente empapado si no hubiera llevado un miniparaguas en la mochila.




domingo, 10 de noviembre de 2013

Hunter Valley

Hunter Valley se encuentra a unas dos horas al noroeste de Sydney. Es una región vinícola con una pequeña pero muy renombrada producción. De hecho, fue aquí donde los colonos europeos plantaron las primeras vides traídas de España, Francia, Italia y Portugal en torno al año 1820. En los últimos años, al igual que en otros lugares del mundo, se ha convertido en un destino turístico. Unas cuantas bodegas familiares reciben visitantes que acuden para realizar catas, o en términos más llanos, para pasar el fin de semana bebiendo. Hay viajes organizados desde Sydney, como el que hice yo ayer, durante el cual se visitan varias bodegas. Quien espere pasear por las viñas más pintorescas, aprender de primera mano las técnicas de cosecha de la uva y preparación del vino, o los aspectos relacionados con la degustación del vino, es mejor que lea un libro o visite el museo del vino de Peñafiel (Valladolid). El tour está más orientado al consumo y venta del producto, sin entretenerse en demasiadas explicaciones ni en paradas para fotografiar el paisaje. No me atrevo a hacer juicios sobre el aspecto más importante, la calidad de los vinos, ya que estoy muy lejos de ser un sommelier.



jueves, 7 de noviembre de 2013

Señales, parte primera: prohibiciones

En el tiempo que llevo en Sydney me he encontrado algunas señales interesantes. Iré subiendo algunas fotos al blog. El tema de hoy es: prohibiciones y advertencias.







sábado, 2 de noviembre de 2013

Royal National Park: Otford - Helensburgh

Hoy regresé al Royal National Park, donde ya había estado hace un par de meses. En esta ocasión hice otro tramo de la senda costera más al Sur, empezando desde la estación de Otford y terminando en la de Helenburgh. Es un tramo fácil, aunque no tan llano como el anterior. Como hay estaciones de tren en los dos extremos, se puede hacer en un solo sentido. Aunque la primera parte transcurre en paralelo al acantilado, solo se ve el océano desde un par de miradores. Todo el resto del camino transcurre entre bosques que no ofrecen vistas panorámicas en ningún momento. Eso hace que sea un poco menos interesante que otros paseos, pero en cualquier caso, una buena excusa para salir a caminar.