domingo, 23 de abril de 2017

Gerringong - Minnamurra

En 2014 quedé encantado con el paseo costero de 12 kilómetros entre Gerringong y Kiama, dos localidades a más de 2 horas en tren al Sur de Sydney. En realidad, la senda continua otros 10 kilómetros más, hasta Minnamurra. Hoy fui con un grupo para hacer el camino completo, y no solo la primera mitad como la otra vez.

Aunque había oido buenos comentarios sobre esta segunda parte del camino, me dio la impresión de que la forma de recorrerlo (en grupo, flexibilidad para detenerse o desviarse, y callejeando por el interior de algunas localidades en lugar de pasear por la playa) restó algo de atractivo a la ruta. Creo que voy a tener que volver alguna otra vez para visitar con calma las formaciones de roca volcánica que dejamos a un lado, y también los paisajes desde las playas. Además, hay un tramo de un kilómetro que se recorre por la acera de una autopista, y otro cercano a una depuradora, ambos un tanto desagradables. Por ahora, me quedo con el primer tramo, el que ya conocía. La parte más bonita del segundo tramo es la llegada a Minnamurra, con una bonita vista de su estuario.





lunes, 17 de abril de 2017

Engadine - Jannali

Otra ruta uniendo localidades al Sur de Sydney, en las proximidades del Royal National Park. Esta vez partí de Engadine (que ya he visitado alguna otra vez: 1 y 2) y descendí por la pista forestal del barranco de Loftus hasta llegar al amplio rio Woronora. Allí hay un bonito parque público rodeado de pintorescas casas junto a la orilla. Tras cruzar el rio y una zona residencial, llegué al extremo Oeste del viaducto de Woronora. Se trata de un imponente viaducto de autovía con trazado curvado en horizontal y vertical. Bajo la amplia plataforma del puente discurre una pasarela colgante para peatones y ciclistas. Una vez en la orilla Este, rodeé el barrio de Bonnet Bay (donde todas las calles tienen nombres de presidentes americanos) atravesando calles y alguna senda no muy bien mantenida. Finalmente llegué a la estación de Jannali, punto de partida de otras excursiones.





domingo, 2 de abril de 2017

El proyecto variante

El artículo de hoy está fuera del contexto habitual de este blog, pero no es completamente "off-topic" ya que el nombre del blog me da pie para hablar de la variante de Pajares. Esta infraestructura inacabada es uno de los temas que dominan la política, la sociedad y la economía asturiana desde hace más de una década. Todavía hoy, 13 años después del inicio de las obras y 7 desde el calado de los túneles, la fecha de apertura sigue a años vista, pese a la enorme inversión que ya triplica el presupuesto inicial (y contando).

Para comprender lo que sucede hay que examinar la política asturiana y nacional de las dos últimas décadas. Aunque la aspiración de reemplazar la formidable pero obsoleta rampa de Pajares había ocupado a varias generaciones, no fue hasta el comienzo del milenio, en plena fiebre de la alta velocidad ferroviaria y en un periodo expansivo de la economía, cuando los planes se concretaron. Desgraciadamente los políticos se ofuscan con el horizonte de la legislatura actual, y debieron pensar que este sería un proyecto de verano como el reasfaltado de una calle. También pensaron que podrían obtener réditos proporcionales a la colosal inversión, además de fama eterna. Pero una obra de esta magnitud requiere un compromiso entre legislaturas y entre sucesivos gobiernos de distinto color, algo que nunca existió. Con las obras recién comenzadas, los asturianos escucharon promesas de apertura en 2010, luego 2012, luego 2015...

La actual rampa de Pajares ha cumplido más de 130 años de servicio. No es descabellado pensar que su costoso reemplazo prestará servicio durante un periodo equivalente. Las decisiones que se tomen durante su diseño acompañarán a los asturianos durante varias generaciones. Por eso resulta sorprendente que las líneas maestras del proyecto todavía se encuentren sometidas a vaivenes en función de juegos políticos cortoplacistas como la votación de los presupuestos del Estado para los próximos 6 meses, o aún peor, al orgullo de algunos líderes. Me resulta increíble que una obra de miles de millones de euros comenzase a ejecutarse sin que existiera un amplio consenso político y social acerca de aspectos tan fundamentales como su capacidad para reemplazar a la antigua rampa (o sin un buen estudio geotécnico, dicho sea de paso). ¿Cómo pudo comenzar la excavación sin saber el uso que se va a dar al tubo?

Los asturianos han visto a sus políticos colgarse medallas "AVE", prometer fechas de apertura completamente imposibles, reprocharse falta de compromiso, recriminar a los técnicos por las filtraciones o los argayos o culpar a las constructoras. Lo que los asturianos no han visto en todo este tiempo ha sido un debate racional para contrastar posiciones bien informadas sobre las realidades del proyecto, y para obtener un compromiso unánime de completar las obras de acuerdo a un plan ampliamente consensuado.

Alguno de los elementos clave del debate deberían podrían ser los siguientes:

  • ¿Cuál es el plan para la vieja rampa? Si el plan es abandonarla debido a su obsolescencia, limitada capacidad y alto coste de mantenimiento, entonces la variante debe necesariamente absorber todos los tráficos, tanto pasajeros como mercancías. Si por el contrario el plan es continuar operando la vieja rampa al mismo tiempo que los túneles, ¿qué tipo de inversión es necesaria para que siga funcionando otros 100 años?
  • En esta esquina de Europa las mercancías solo pueden circular, al menos durante las próximas décadas, por ancho ibérico. Si los túneles se abren exclusivamente con ancho europeo, ¿cuál es el plan para las mercancías? ¿mantener la vieja rampa indefinidamente o invertir fuertemente en una red de mercancías de ancho europeo?
  • Realizar un tendido de ancho europeo en los túneles solo tiene sentido si se prolonga ininterrumpidamente desde León hasta Gijón. Poner cambiadores de ancho en la Robla y Pola de Lena es un capricho absurdo. Tender ancho europeo hasta Pola de Lena sin tener un plan sólido para prolongarlo hasta Gijón es un sinsentido que combina lo peor de cada opción. ¿Dónde está el análisis coste-beneficio?
  • ¿Son técnica y económicamente viables algunas de las opciones transitorias que se han barajado, como las traviesas polivalentes o abrir solo uno de los tubos? En caso de adoptarlas, ¿cuál sería el plan a largo plazo?
Dado el grado de indefinición e incertidumbre del proyecto, tal vez aún no sea tarde para tratar de llegar a un acuerdo y evitar ahondar más en el ridículo. De lo contrario, pronto llegaremos a una situación en que los trenes sigan sin poder atravesar Pajares por debajo porque medio túnel tenga ancho europeo y el otro medio túnel tenga ancho ibérico. Los asturianos presentes y futuros se merecen algo mejor que esto.